La llegada del nuevo miembro de la familia interfiere en la cantidad y la calidad del sueño materno durante la lactancia. La rutina de sueño que teníamos establecida antes de quedar embarazada quedó desestabilizada en el primer tercio de embarazo. Ahora tanto si decidimos dar lactancia materna como si no, nuestra vida queda al servicio del recién nacido.

Diferencias en el Sueño Materno Durante la Lactancia si se da o no el pecho

Si nuestra decisión ha sido amamantar, las tomas a demanda obligan a supeditar nuestros horarios de sueño al apetito del bebé. Si nuestra decisión ha sido alimentarlo a biberón las tomas a demanda también obligan a dejar nuestro sueño a expensas de las necesidades alimenticias del bebé. La diferencia estriba en que la probabilidad de saciar el buche de nuestro tragoncete es mayor cuando las tomas son de biberón, y ésto permite que sus siestas sean más intensas y prolongadas.

Sueño Materno Diurno durante La Lactancia

Un buen momento para echar una cabezada diurna, que nos permita recuperar el sueño perdido por la noche, es aprovechar las siestas del bebé. La dificultad estriba en que la atención 24 horas de nuestro recién nacido sólo nos permite el tiempo de sus siestas para descansar, para hacer la comida, para preparar la ropa, para nuestros cuidados personales, para compartir tiempo con nuestra pareja, para…

Apoyo familiar durante la Lactancia

Dejarnos ayudar en la gestión doméstica, del papá, de algún familiar o de una amiga íntima nos facilita sobretodo nuestro descanso, necesario después del parto los primeros días de vida del bebé, teniendo en cuenta además que el nuevo miembro de la familia también necesita compartir momentos de intimidad en familia.

Mamá, papá y sus hermanos, si los tiene, son sus aliados en el nuevo medio que experimenta después de dejar el útero materno, reconociendo también sus voces que le son familiares desde que estaba en él. Los poderes de la superwoman, mejor aparcarlos para otro momento.

Espacio Idoneo para el Descanso de la Madre Lactante

Acostarnos a dormir en la cama, aunque sea para una siesta corta, tiene mejor poder reparador que hacerlo en el sofá. Aunque no parezca importante, la postura, los ruidos de TV, del teléfono, de los niños o adultos, y las interrupciones, en el sofá o la mecedora del salón dificultan disfrutar de una buena calidad del sueño, aunque sea corta. Por lo tanto descansaremos mejor si decidimos ausentarnos para echar una cabezada en la cama, que si nos quedamos dormidas en cualquier lugar de la casa por agotamiento. Reservar ese sueño para una misma significa igualmente que nos permitimos la ayuda de nuestro compañero sentimental o de un familiar para atender entre tanto el teléfono, la casa, la comida o los niños.

El bebé recién nacido te secuestra el Tiempo de Sueño, pero el Espacio lo Decides Tú.

Nuestro momento de descanso merece aparcar el reloj y dar permiso para recibir ayuda de los que nos quieren, por nosotras y por el bebé.

Ahora mismo nada es más importante que recuperarnos, ni siquiera el orden, ni siquiera las rutinas…